Shiseido ha iniciado el ejercicio fiscal 2025 con señales mixtas: si bien las ventas netas cayeron un 8,5 % interanual en el primer trimestre (hasta los 228.241 millones de yenes), la compañía ha conseguido volver a beneficios tras cerrar el mismo periodo del año anterior en negativo. El resultado neto atribuido a los accionistas alcanzó los 3.686 millones de yenes (22,4 millones de euros), apoyado en una sólida mejora de la eficiencia operativa y en la ausencia de costes extraordinarios relacionados con reestructuraciones.
La división de fragancias de Shiseido resiste en el primer trimestre de 2025
A nivel de negocio, el desempeño fue dispar entre mercados y categorías. El segmento de fragancias se mantuvo como uno de los más resilientes, especialmente en EMEA, donde creció gracias al buen rendimiento de marcas clave como Narciso Rodriguez y Serge Lutens. En cambio, el negocio en América sufrió una fuerte contracción del 19,4 %, arrastrado por el bajo rendimiento de Drunk Elephant, aunque otras marcas del portafolio como Dr. Dennis Gross ofrecieron datos positivos, sobre todo en e-commerce.
En cuidado de la piel, uno de los pilares estratégicos del grupo, los resultados se vieron lastrados por la debilidad en el travel retail y la reducción de pedidos en China. La compañía destaca, no obstante, el crecimiento del consumo interno en Japón gracias al turismo, que alcanzó niveles récord durante el trimestre.
La reestructuración da sus frutos y Shiseido mantiene sus objetivos
El beneficio operativo ajustado (core operating profit) cayó un 27,2 %, hasta los 10.183 millones de yenes, reflejando la presión sobre los márgenes. Sin embargo, Shiseido logró contener los costes, que descendieron un 14,4 % respecto al año anterior. “Estamos viendo los primeros resultados de nuestro Action Plan 2025-2026”, señaló la compañía en su informe trimestral. “Nos mantenemos firmes en nuestro compromiso con los objetivos de rentabilidad y aplicaremos medidas adicionales si es necesario”.
De cara al conjunto del ejercicio, la compañía mantiene sus previsiones: espera unas ventas netas de 995.000 millones de yenes (unos 605 millones de euros) y un beneficio operativo de 36.500 millones de yenes. También confirma su política de dividendos: 40 yenes por acción (20 yenes interinos + 20 yenes finales), igual que el año anterior.
